Apoyo en tiempos de Coronavirus

Estimados Padres y Apoderados, hemos generado ésta página dónde podrás encontrar información importante sobre cómo manejar situaciones con tus hijos a propósito de estar tanto tiempo en casa, así cómo para hablarles de lo que sucede y cómo explicar en términos sencillos qué es el Coronavirus y por qué es tan importante quedarse en casa y seguir las instrucciones de las autoridades.

Esperamos pueda ser un apoyo para ti, en tiempos de Coronavirus.

Consejos de Autocuidado en Tiempos de Crisis

Hoy es un momento de flexibilizarse y anteponer el cuidado. Si bien es necesario ayudar a nuestros niños y niñas a mantener sus hábitos de estudio, no nos sobrexijamos, lo educacional debe ser visto como una medida que prevenga las repercusiones que puede tener estar en la casa, jamás para llenarlos de guías o tareas. No es momento de poner el centro en lo académico, sino en su bienestar y el nuestro.

Mientras estemos en cuarentena, podríamos creer que debemos estar en todo momento juntos. Todos necesitamos nuestro espacio personal, donde se hagan cosas al propio ritmo y a gusto, para poder tolerarnos y disfrutar de la compañía.

Este es un periodo donde es más difícil ser productivo y se requiere que podamos ser más flexibles y compasivos con nosotros mismos. Póngase metas accesibles y a corto plazo, no sienta que está perdiendo el tiempo, porque hoy es importante ir un día a la vez dependiendo de lo que ocurra.

Como las noticias son duras, hablan de muertes y enfermos, es habitual que si usted está nervioso, o se siente mal, alguien más le diga, o usted mismo se castigue diciendo: “yo no tengo razón para sentirme mal, yo puedo ser más fuerte, a mí no me pasa nada”. Está muy bien ver las cosas en perspectiva, pero también es necesario poder mirarnos, compartir nuestros sentimientos, las dudas, miedos o aprensiones que tenemos, porque son legítimas y es parte de la realidad que vivimos. Hay que acoger lo que sentimos y ver qué hacemos con ello.

Usted puede creer que como la información avanza tan rápido y de manera tan vertiginosa es necesario estar informado en todo minuto. Por ello gran parte del día este mirando redes sociales, leyendo el diario, escuchando la radio o mirando las noticias, pero la información se repite una y otra vez, y esta solo contribuye a generar más angustia. Por ello, debe limitar los tiempos de conexión y consumo de información. Alternarlos con música, películas, libros o conciertos.

Las emociones necesitan ser compartidas, porque estas son contagiosas, así cuando compartimos una pena o una angustia esta se divide, y cuando alguien nos comparte una alegría esta se multiplica. Una buena estrategia es durante estos días llamar a alguien que le haga bien y compartir una anécdota o algo que los una.

Por último, este periodo puede volvernos irritables y puede que busquemos un responsable para dar forma a nuestra rabia. Este no es el momento para confrontar sino para colaborar. Todos los países que han respondido de mejor manera a la crisis, lo han hecho desde la solidaridad, de volver a verse como comunidad y, sobre todo, de poder contenerse en conjunto. Esta es una oportunidad para volver a valorar la importancia de vivir juntos antes que cualquier personalismo.

Contención Emocional en Niños y Niñas

Los niños y niñas necesitan sentirse seguros, vistos, escuchados, validados como seres únicos y dignos de amor, para esto, es necesario que los adultos a su cargo los hagan sentir así.

¿Qué es la Contención Emocional?

Realizar contención emocional es disponernos afectuosa e íntimamente para acompañar, sostener, guiar las emociones displacenteras de otros, Es estar, libre de juicios, para un otro en necesidad.

Recomendaciones para contener a niños y niñas:

  • En la práctica estaría relacionada principalmente una actitud empática, que es la habilidad de colocarse momentáneamente en el lugar de la otra persona; y la escucha activa, que es la capacidad de poner atención al mensaje emitido por otra persona, utilizando diferentes vías o canales para comprender lo que se quiere decir y poder reaccionar ante el mensaje dado.
  • En la vida cotidiana no es necesario que seamos psicólogos, orientadores ni terapeutas para dar contención emocional a las personas que nos rodean. El simple hecho de estar en la disposición de escuchar con atención lo que el otro nos quiere transmitir, sin ningún tipo de prejuicios o ideas preconcebidas, y situarnos con el corazón abierto frente a él o ella, ya es contener emocionalmente.
  • En la mayoría de los casos, tu hijo o hija quiere ser escuchado/a, puesto que el verbalizar lo que siente, eso ya es de gran ayuda para él.  ¿Acaso no les ha pasado que un amigo los ha llamado porque se sentía mal, y luego de hablar, y sin tú decir ni una palabra, te dice “gracias, ya me siento mejor”? Bueno, en ese momento le has brindado contención emocional.
  • La contención emocional NO es: retar, invalidar la emoción con frases como: “Pero si la vida es bella”, “No te pongas triste”, “No llores”, “No es para tanto”, “Debes acostumbrarte, la vida es dura” “Quién te manda a hacer eso”, “No tienes por qué enojarte”, “No debes preocuparte”, etc.
  • Lo idóneo es transmitirle que SE VALE llorar y se vale enojarse, utilizando frases como: “Entiendo que estés enojado por eso” “Me sentiría igual en tu lugar” o utilizar la técnica del reflejo: “Veo que estás enojado”, “Noto que estás triste”.

 

Cómo hablar con los niños y niñas sobre el coronavirus

Siempre acudir a fuentes oficiales antes de resolver tus dudas y las de ello. Si no tenemos todas las respuestas, ser sinceros, quizás podamos buscar respuestas juntos.

Promueve espacios de encuentro para la comunicación con ellos donde se sientan seguros y tranquilos para expresar, escuchar y preguntar. Transmíteles que pueden expresar sus dudas y confiar en nosotros.

Evita que se expongan demasiado a videos o fotografías acerca de las personas afectadas por el virus o hacer referencia a las personas que están muy enfermas o han fallecido.

Háblales con lenguaje sencillo, adaptado a su edad y conocimientos, transmitiéndoles calma y seguridad. Si no se lo explicamos bien recurrirán a argumentos fantasiosos para compensar la falta de información.

Usar dibujos o representaciones gráficas sencillas para explicar cómo se produce el contagio. Por ejemplo, que nació en China, que le gusta viajar.

Protege sus emociones

La prioridad en esta etapa debe ser, precisamente, proteger a niños y niñas de toda aquella información que aún no pueden procesar y que les puede llevar a desarrollar ansiedad y miedos debido a la incertidumbre.

Evitar que vean o escuchen noticias y reportajes con un enfoque sensacionalista o morboso de la situación. Aunque el tratamiento sea adecuado: el tiempo que dedicamos a un tema también puede transmitir inquietud, aunque el tono no sea alarmista.

Evitar involucrarlos en conversaciones de adultos sobre la situación, especialmente si son acaloradas o incluyen bromas y dobles sentidos: aunque no estemos hablando con ellos, saben de lo que hablamos y sacan sus propias conclusiones.

Dedicar tiempo a resolver sus dudas e inquietudes, en un lenguaje adaptado a su capacidad de comprensión, pero no engañoso.

 

Protege su salud

 El lavado de manos con agua y jabón les permiten desarrollar su sentido de autoeficacia y su seguridad en sí mismos.

Ayúdalo a reconocer las circunstancias cotidianas en las que estamos en contacto con suciedad y tomar precauciones. Por ejemplo: jugar con tierra, contacto con animales domésticos, etc.

Aprender e interiorizar aquellas medidas higiénicas que protegen a los demás, por ejemplo: el uso de pañuelos y servilletas, aprender a sonarse y a limpiarse, evitar compartir cubiertos y vasos, etc.

Adquirir respeto por el entorno: adquirir el hábito de tirar los desechos a la basura, conocer la importancia de la limpieza del entorno, de la ropa, de la vajilla, etc.

Prevenir la violencia

Es muy importante dedicar un tiempo extra a detectar los malentendidos que pueden estar afectando a su percepción de salud y la enfermedad porque pueden sentar las bases de estereotipos y prejuicios duraderos. Por ejemplo:

“Mi vecino chino es un coronavirus”, “Si tu abuela tose se va a morir”, “Hay que alejarse de los viejos”, “Los pobres contagian enfermedades”.

A pesar de que es comprensible y que, en edades muy tempranas no hay realmente malicia en los comentarios, es muy necesario reconducir las percepciones erróneas que puedan estarse formando sobre determinadas personas o colectivos, para evitar que se conviertan en algo más grave.

Recuerda, el ejemplo vale más que las palabras.

A cualquier edad, pero muy especialmente con los más pequeños, de poco vale enseñar a lavarse las manos si no nos ven a nosotros hacerlo a menudo. Tampoco tendrá mucho efecto lo que les digamos sobre estar tranquilos si perciben nuestro nerviosismo o que les regañemos por llamar «coronavirus» a alguien si luego nos oyen a nosotros hacer chistes que no saben interpretar.

En una etapa del desarrollo en la que las habilidades lingüísticas aún no están plenamente desarrolladas gran parte del aprendizaje se realiza por imitación y tiene un alto componente emocional. La educación de los más pequeños es un esfuerzo que nos puede obligar a emplear todos los sentidos.

Recomendaciones para una buena convivencia familiar en cuarentena

 – Lo primero que tenemos que pensar es cómo nos vamos a organizar los adultos en estas nuevas circunstancias, habrá padres que tengan posibilidad de teletrabajar y otros que lo tendrán bastante más difícil o directamente imposible.

Mantener horarios y la rutina habitual. Mediante reuniones de familia pueden acordarse los tiempos, cuando los niños sienten que se les tiene en cuenta, es más sencillo que estén dispuestos a cumplirlo.

– Puede ser un buen momento para trabajar la autonomía a la hora de vestirse, doblar su ropa o ducharse.

– El miedo puede ser una de las emociones más intensas en estos días. Estos días nuestros pequeños nos ven preocupados y perciben una situación de alerta, escuchan la palabra muerte con mayor frecuencia de la habitual. Además, les hemos sacado de sus rutinas, no les permitimos ver a sus amigos ni salir a los sitios habituales de ocio. Todo esto puede provocarles mucha incertidumbre y frustración. Con esta situación, es muy posible que, en muchas ocasiones nos veamos sobrepasados y, quizá, la mejor herramienta que podemos usar con ellos sea la honestidad emocional, haciéndoles saber cómo nos sentimos y lo que necesitamos o esperamos de ellos. De esta manera, estaremos modelando y permitiendo que ellos también puedan expresarse, que identifiquen lo que sienten y le pongan nombre para después acompañarlos en sus emociones trabajándolas con un dibujo, un juego o una conversación juntos. Esto les permitirá entender qué les sucede a ellos y al mundo que les rodea (si es seguro o amenazante, amigable o poco amigable…).

– También puede ser una oportunidad para desconectar de pantallas y móviles y hacer juegos en familia fortaleciendo el vínculo entre sus miembros.

Reflexionar sobre la necesidad de mantener a los niños ocupados todo el tiempo. Los niños necesitan calma y sosiego para interiorizar los estímulos que les llegan. La mayoría están empezando ahora a conocer el aburrimiento y no debemos olvidarnos que el juego libre es indispensable para el autocontrol, la planificación y la creatividad.

– Este es sin duda, el mejor momento para trabajar con niños y adolescentes grandes valores como la empatía, la cooperación, la responsabilidad, el cumplimiento de normas, el conocimiento de la Ley, el respeto a los demás, la solidaridad o la necesidad del respeto de los espacios de cada uno en el hogar (autocuidado).

Es el momento de devolver nuestros cuidados a los abuelos, quienes han cuidado de los niños todo este tiempo. Contribuir al compromiso que tenemos con ellos ahora, cuidando de ellos y tomando conciencia colectiva para proteger su salud.

Bajar nuestro nivel de exigencia, esta nueva situación precisa que asimilemos muchos cambios. Seleccionar aquellas batallas con los niños que merezcan la pena o sean importantes de verdad.

La sobrexposición a la información en los niños, niñas y adolescentes

Mucha información que se replica en internet, cierta y falsa: el coronavirus, impacta en la vida de los niños, las niñas y adolescentes, genera angustia e incertidumbre. El llamado es extremar las medidas sanitarias de prevención, como el lavado de manos, contener emocionalmente a los niños y niñas, acompañarlos para la continuidad de sus estudios y la mantención de la rutina familiar.

La ansiedad no es un estado negativo, es un estado que nos previene de una situación que puede ser amenazante, el problema es que los niños van a estar encerrados entre cuatro paredes, no van a poder distraerse como lo hacían al ir a un parque o el cine, y si a eso le agregamos la sobreexposición de noticias negativas, los niveles de estrés y ansiedad aumentan.

En el caso de los niños y las niñas más pequeños, la sobreexposición a la información que aún no pueden procesar puede llevarlos a desarrollar ansiedad, miedos e incertidumbre. Este contexto, es necesario protegerlos de este “impacto secundario” que tiene el virus. Ellos aún no han adquirido la madurez suficiente para entender los aspectos biológicos, sociales y económicos de las pandemias, ni tienen la capacidad de reflexión necesaria para hacer un análisis crítico de las informaciones erróneas, malintencionadas o prejuiciosas que hay en circulación. En cuanto a los adolescentes, hablar con ellos es fundamental para que dimensionen los riesgos, sin entrar en pánico.

Muchas veces la forma en que nuestro cerebro se defiende los peligros externos podría ya encontrarse afectada por situaciones anteriores, por lo que, durante esta crisis, nuestros niveles de estrés podrían ser aún mayores. Esa posibilidad, en una situación de la magnitud que ha alcanzado el Covid-19 podría generar tal impacto al grado de generar consecuencias en la salud mental a largo plazo. Estaremos sometidos a un estrés continuo por varias semanas y la mejor manera de prevenirlo es cuidarnos, comer bien, hacer ejercicio y cuidar nuestro sueño, y detectar estos síntomas de ansiedad, pánico, tristeza, irritabilidad con anterioridad.

Te recomendamos:

  • Hacerle saber a la familia con quienes convivimos, especialmente a los niños y abuelos, que estamos preparados; hay que darles confianza, hay que repasar los planes de seguridad, hay que animar a los niños a externar lo que piensan y lo que sienten; eso es muy importante, porque es una manera de tranquilizarlos y aliviarlos.
  • Durante el periodo de aislamiento debe existir comunicación con las personas con quienes se estará y que, a su vez, se les expliquen las cosas acorde con su edad.
  • Es una buena idea tener sólo un canal de comunicación, de fuentes oficiales, para evitar tomar información de todos lados y caer en noticias falsas.
  • Se recomienda que la consulta a las actualizaciones sobre la pandemia se realice entre una o dos veces al día, como máximo, con el fin de evitar una sobreexposición al tema.
  • Con los niños y niñas más pequeños, es importante escucharlos, alentarlos a que expresen sus miedos, dedicar tiempo a resolver sus dudas e inquietudes en un lenguaje adaptado a su capacidad de comprensión, pero que no sea engañoso.

Adaptado de: https://www.unicef.org/argentina/Continuidad-aprendizajes-proteccion-contencion-emocional

https://www.expreso.com.pe/coronavirus/insn-san-borja-sobreexposicion-de-noticias-sobre-el-covid-19-genera-ansiedad-en-los-ninos/

Sobreexposición a información sobre Covid-19, un riesgo para salud mental: experto

Enlaces de Interés

Proteja su salud mental: Siete errores que usted no puede cometer en cuarentena

¿Cómo aliviar el malestar emocional en los niños?

¿A qué nos referimos cuando hablamos de contención emocional?

https://salaamarilla2009.blogspot.com/2020/03/coronavirus-como-explicarlo-los.html

https://elpais.com/elpais/2020/03/16/mamas_papas/1584340747_309038.html